LA PROFESIONALIZACIÓN DE EMPRESAS: ¿QUÉ ES Y PARA QUÉ SIRVE?

INTRODUCCIÓN

Es común que la figura del abogado se asocie a la existencia de un problema, éste precede la intervención de aquél, donde pareciera que sin el segundo no resulta necesario el primero. Sin embargo, el abogado de empresas comienza a trabajar aún antes de la misma existencia del conflicto, puesto que su objetivo principal consiste en que no se presenten inconvenientes que afecten el giro comercial de la firma. 

Ser proactivo y trabajar preventivamente en una empresa requiere no sólo contar con la claridad conceptual de los eventuales problemas que pudieran surgir en su giro comercial cotidiano, sino también tener claro desde el punto de vista legal los posibles conflictos que podrían poner en jaque la sustentabilidad misma de la actividad. La primer parte corresponde al administrador, a cargo de las decisiones que rigen el destino de la empresa, la segunda debería estar en manos de un profesional calificado.

Llegar a esa interpretación del rol del abogado suele ser compleja, en algunos casos por cuestión de costos, atento se lo entiende como un gasto y no como una inversión y en otros por una falta de visión empresarial misma, en un cultura cuasi patriarcal muy arraigada de nuestra sociedad, en la que el administrador de la sociedad o quien dirige la empresa debe tener absoluto conocimiento de todos los temas, incluidos los que escapan de su competencia natural, cuando en realidad debería concentrarse en lo que mejor sabe hacer: producir para generar rentabilidad a partir de un negocio que conoce.

EL MAPA NO ES EL TERRITORIO

Conocer o intuir posibles soluciones a problemas potenciales no necesariamente significa solucionarlos desde el punto de vista operativo. Tampoco resulta sencillo calibrar la percepción para evaluar y prevenir conflictos, cuando se tiene la atención sobre cuestiones comerciales que definen el éxito de una empresa.

El administrador debe depositar la confianza en un profesional idóneo que le permita descansar determinadas cuestiones técnicas que no resultan propias de sus conocimientos específicos. Ello no implica alejarse de la toma de decisiones respecto los temas que caen en la actuación del profesional, sino  delegar dicha cuestión como si se tratara de una gerencia. A su vez, el profesional deberá informarle acabadamente los riesgos de cada alternativa, posible solución o estrategia preventiva, para la evaluación y decisión del administrador, quien sólo delega dichas tareas preventivo-operativas al profesional, pero jamás delegará su responsabilidad frente, por ejemplo, a sus socios y terceros.

La tarea de identificar de manera proactiva y preventiva cuestiones de riesgo para las empresas van desde el ámbito laboral (como por ejemplo con la debida redacción del Reglamento Interno y posterior manejo de planta), hasta el área de compliance, con la reciente sanción de la Ley de Responsabilidad Penal Empresaria (Ley 27.401), donde se destaca la necesidad de implementación de Programas de Integridad y Código de Cumplimiento Ético, pasando también por cuestiones de Defensa del Consumidor, Defensa de la Competencia y Lealtad Comercial, Contratos, cuestiones societarias, inscripciones en distintos organismos, actuaciones frente a la Administración Pública y frente a organismos fiscales, sólo para nombrar algunas cuestiones a tener en cuenta. Y todo ello sin contar la intervención profesional a partir de la aparición del conflicto.

Como puede fácilmente inferirse el abanico de situaciones que pueden presentarse es extenso; pero a la vez, y afortunadamente, previsible para un profesional idóneo. Está claro que un “buen hombre de negocios” no puede tener conocimiento de todas las cuestiones referidas en el párrafo anterior; y aún si las tuviera, dedicarse a las mismas le obligaría a desatender su principal función, la de administrar la firma para lograr la mayor rentabilidad posible. No Poner el foco en una de éstas actividades (cuestiones preventivas desde el punto de vista legal y administración de la empresa), implica necesariamente sacrificar sustancialmente la otra y es por ello que, frente a la compleja realidad del entorno, propio de nuestro país, resulta de buena práctica “profesionalizar” la empresa.

La profesionalización de la empresa implica contar con el asesoramiento y la intervención proactiva y preventiva de un profesional legal idóneo, que permita al administrador desempeñar su función de tal, cerrando la puerta a posibles conflictos que podrían llegar a presentarse por el desarrollo mismo de la actividad, logrando con ello mayor eficiencia y un resultado lo más cercano al óptimo posible.

Es importante por cierto tener presente que la actuación del profesional bregará por la menor cantidad de conflicto posible, atento la inexistencia del mismo resulta una utopía.

CONCLUSIÓN

La profesionalización de la empresa resulta útil en varios aspectos, siendo uno de los principales la disminución de erogaciones por cuestiones legales, prevenir implica menores desembolsos derivados de problemas judiciales (multas, daños y perjuicios, inhabilitaciones, clausuras, entre otros). Por otro lado también permite aumentar la eficiencia de la empresa y con ello su rentabilidad, en virtud de que el administrador concentra sus esfuerzos en su competencia

específica. Asimismo, la posibilidad de desarrollar nuevos negocios resulta una consecuencia lógica, por haber delegado en el profesional idóneo las tareas que previamente eran asumidas personalmente por el administrador, lo que deriva en un uso óptimo de su agenda y disponibilidad horaria.

Estos son algunos de los múltiples beneficios que implica profesionalizar una empresa, que resulta a todas luces una inversión y no un costo, entenderlo de esa manera ya es cambiar incluso la perspectiva del negocio mismo y forma parte de la transición de ser un comerciante para pasar a ser un empresario.

 

Por Sebastián Vanella Godino 1
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1 Abogado (UBP); Magister en Derecho y Economía (Universidad Torcuato Di Tella), Certificado en Prevención de Lavado de Activos, Financiamiento del Terrorismo y la Proliferación (Florida International University – FIBA). Name & Managing Partner de VANELLA GODINO & Asociados.

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